dijous, 8 de setembre del 2011

Habemus convenium!!

Ya tenemos programa de fiestas, y ya era hora. Si conocemos de los pueblos vecinos, tanto de los más grandes como de los más pequeños, su programación con semanas de antelación, curiosamente en Betxí solo lo conocemos el día antes de su inicio.
Sobre el programa, es lo que cabe esperar según sus predecesores. Sin embargo, encontramos algunas pequeñas diferencias que, a pesar de ser solo pequeñas diferencias, si merecen a mi parecer algunos comentarios.
Empieza el mismo con los saludos institucionales, que en esta ocasión son todos de nuevo cuño. El presidente de la diputación, el alcalde y el concejal de fiestas, todos son nuevos en sus cargos. A pesar de ello, no dudan en disculparse por el recorte en los gastos de la partida de fiestas, y desean a todos sus vecinos que disfruten de las mismas. Como no podía esperarse otra cosa de sus ideologías, los que las tienen, tampoco es que cambien gran cosa con respecto a años anteriores, ya que seguro piensan que todo estaba más o menos bien. De facto, los cambios son más bien mínimos, pequeños detalles. Ni cambio, ni modernización, ni las necesarias reformas estructurales ni de organización que se necesitan para garantizar la calidad de las mismas.
Claro que podía discutirse y mucho sobre la distribución de actos, la duración de dos semanas, la participación de las peñas, o incluso el protagonismo de esa organización completamente ilegal (por que no tiene ningún fundamento legal o sustento) llamada Quintos, como si se tratara de algo comúnmente aceptado por todos, sobretodo el comercio local que paga sus impuestos. Por supuesto, de unas personas que no se plantean si las tradiciones y costumbres merecen ser respetadas tal y como son o evolucionar, no puede esperarse que haya grandes cambios en su devenir o alguna innovación. Tampoco podemos esperar que se aproveche el gasto en las fiestas para atraer público foráneo, celebrando actos multitudinarios en fines de semana, como pudiera ser una fiesta de disfraces o la concentración de los actos taurinos. Ni tan siquiera son capaces de realizar una buena promoción de las fiestas, para lo cual seria necesario conocer el programa, como hacen en otros pueblos, con semanas de antelación. No puede esperarse nada más de aquellos que reparten entradas para el teatro anunciándolo a escondidas, lejos de los canales que utiliza la mayoría de la población, favoreciendo a sus amistades la adquisición de las mismas, si no fíjense en los asistentes a la actuación del martes día 20. Si no tenían Facebook, seguro que era muy difícil hasta hoy que conocieran donde comprar las entradas. Tranquilos, ya no quedan anticipadas.
Claro que todo esto solo es mi humilde opinión. Para la mayoría, al ser nuevos los firmantes del programa, serán unas fiestas ‘cojonudas’ y muy ‘innovadoras’, en las cuales se potenciara la participación ciudadana, cosa que nunca se habían visto en este pueblo. Una participación ciudadana que, por más meritos o deméritos que quiera otorgarse a un consistorio, solo depende de la voluntad de los ciudadanos. La participación ciudadana, de los que se conoce como peñas, que consiste en haz lo que quieras y págalo, con lo cual me pregunto, si las peñas idean y pagan los actos, ¿necesitamos un concejal de fiestas? Naturalmente, son libres de pensar eso, y yo soy libre de opinar que no piensan. Les conmino a comparar la programación de este año con la del pasado o el anterior si dudan de lo que digo.
Mención aparte, y me pensare si también entrada de este blog, merecerían los textos que acompañan al programa. Loas a la grandeza de una pequeña localidad, donde se compara nada menos que con el bombardeo de Guernica un bombardeo típico de contienda. También se ejemplifica utilizando la imagen de un general ceutí, una gran figura estamos de acuerdo, como hijo prodigo de la villa y personaje más relevante de la misma, si bien es hijo adoptivo. También se intenta vender, o condicionar el subconsciente, con un orgullo sobre el pasado que a mi parecer no debía ser tal. Un orgullo pueblerino que tan solo busca la autocomplacencia y niega la autocrítica en un pueblo que ha llegado tarde a todos los trenes que han pasado para su futuro. Todo muy provinciano y chabacano. ‘Para que cambiar lo que está bien’ la frase no es mía, si no de un concejal. En definitiva, el cambio consiste en dejarlo todo como está, y no solo en fiestas. Lamentable.
Por cierto se recupera de una forma muy particular la figura del otrora mantenedor, ahora conocido como pregonero de las fiestas. ¿Alguien puede decirme los meritos del elegido este año para tal encargo? Si ya se, es escritor, profesor y pertenece al circulo de amistades de la nueva administración local ¿Alguien puede indicarme los meritos que se necesitan para ser designado eso que se conoce como ‘betxinenc del any’? creo que son los mismos requisitos. Tiempo al tiempo.

Tocará disfrutar por nosotros mismos, ¡pasadlo bien!

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