divendres, 14 d’octubre del 2011

El PSOE merece perder. El PP no debe ganar.

Sin duda merecen perder. Han traicionado a quienes debían defender y aún más lo que debían defender, a su esencia. Por distintas causas, que ahora no vienen al caso, han agachado la cabeza y vendido sus ideales frente a la derecha europea, dominadora en Alemania, Italia, Francia, Reino Unido... se han vendido al liberalismo.
Seria de necios pensar que el Partido Socialista Obrero Español esta compuesto por obreros españoles en pleno siglo XXI. Seria de necios pensar que dentro de un partido tan grande, con tanta historia y tantas voluntades, todos sus miembros fueran de izquierdas. Mucho más difícil seria encontrar socialistas de verdad. Los simpatizantes, afiliados y votantes del PSOE podrían clasificarse en los que dicen ser socialistas pero no saben que son de derechas, los que son socialistas y conocen el socialismo, y los que son de derechas, pero dicen ser socialistas por beneficio y medro personal. Habría otro gran grupo, formado mayoritariamente por gente sin reflexión ni ideología. Lo son por que siempre lo han sido, o sus familias. Seguidores ciegos hay en todas las ideologías.
Para estos socialistas indignados, que creen que el mundo seria mejor si fuera un mundo socialista, no es necesario hacerles esta reflexión, pero a mucha gente si que voto esperando tener un mundo mejor, y que se han encontrado con el golpe de la crisis en la línea de flotación tal vez les haga falta.
Es poco inteligente no votar a un partido que dice ser de izquierdas y aplica políticas neoliberales, y en cambio votar a un partido que lleva por bandera ese mismo neoliberalismo un tanto más radical incluso. Hay que buscar lo contrario, no alimentar a la fiera.
Una vez dicho esto, que puede parecer duro, pero es así, vayamos al problema del PSOE. Hay gente de este partido que sin duda quiere hacer políticas de izquierdas y socialistas, y hay gente que con las siglas y los votos del partido, quiere mantenerse y realizar políticas que le convengan, mayoritariamente de derechas. El problema radica en que, cuando siguiendo el correcto devenir parlamentario hay que pactar las propuestas, solo se puede pactar con fuerzas de centro derecha. Obviamente para estos partidos cualquier propuesta de izquierdas es intolerable, y por consiguiente las fuerzas de derechas internas al PSOE se crecen, son los únicos que sacan adelante sus propuestas.
Por eso, los que creemos en un PSOE socialista, tenemos una doble obligación en las próximas elecciones. Si nos vemos con fuerzas y con la historia de nuestro lado, debemos castigar a la derecha interna del partido, que tanto mal ha causado, y no votarles. Pero no basta con eso, por que seria hacerle un favor a la derecha no ir a votar. Debemos ir a votar. No debemos repetir el clásico error del socialismo enfadado y quedarse en casa. No pediré desde esta tribuna un ejercicio de ciudadanía como el que el gran Saramago describió con su prosa socialista. Debemos votar, y con nuestro voto, darle una ultima oportunidad al PSOE de abandonar definitivamente las posiciones de derechas, el conformismo y la sumisión. No es tiempo de discursos moderados, si no de pasar a la acción.
Es tiempo de cambio. El PSOE solo podrá cambiar si tiene alguna fuerza política que le lleve hacia la izquierda, y con la cual pueda gobernar. Un golpe electoral que refunde el partido, lo que serian 120 diputados, solo funcionará si crece la izquierda alternativa. Las fuerzas de izquierda que siempre han luchado con nosotros por culpa de nuestra derecha, deben beneficiarse del trabajo de la derecha interna y obtener la fuerza suficiente para formar un gobierno con el PSOE. Un autentico gobierno de izquierdas.
Seria poco inteligente si eres socialista votar al PP, seria poco inteligente quedarte en casa. El voto útil, esta vez, es él que menos útil ha parecido siempre.

Socialismo o muerte. Unidos ¡venceremos!


P.D. para los susceptibles, hay muchas clases de muerte.

dimecres, 12 d’octubre del 2011

Pax Romana

La ‘Paz Romana’ fue un periodo en el cual, gracias a la voluntad de las legiones, del Cesar y sobretodo a la conquista militar, en todo el territorio del imperio romano, dentro de sus fronteras, no hubo conflictos militares. Las puertas del templo de Jano, que solo permanecían abiertas en tiempo de guerra, se cerraron en el año 29 A.C. por el emperador Augusto, y no volvieron a abrirse oficialmente hasta dos siglos después con Marco Aurelio.
Pero esta paz impuesta sobrevive en nuestros días. Existe la creencia, a mi parecer errónea y perjudicial, que ante cualquier situación ilegal o injusta que se produzca en nuestro entorno más próximo, nuestro pueblo, no debemos reaccionar de acuerdo a la justicia ni a la ley, ni tan siquiera al estado de derecho. Por el contrario, ante situaciones de dudosa moralidad e incluso ante la falta de legalidad, donde se produce un beneficio claro para unos pocos y un perjuicio para otros, estos últimos no deben actuar, por el bien de la convivencia. Y si hiciéramos un seguimiento a las personas que se beneficia, en muchos casos seria siempre al mismo colectivo.
Lo cierto es que con estas actitudes, con esta pasividad social, solo favorecemos la injusticia y la criminalidad, ya es hora que llamemos a las cosas por su nombre. No es tan solo corrupción lo que aparece en las noticias día si y día también. Es corrupción los tratos de favor del ayuntamiento a determinadas empresas en perjuicio de otras. No es un criminal el que trafica con grandes cantidades de drogas, puesto que el vecino que trapichea y se compra un coche, un piso o se va de viaje, defraudando a hacienda y vendiendo sustancia ilegales también es un criminal. No solo las multinacionales utilizan practicas monopolísticas, si no también aquellos que favoreciéndose de la tradición, o de su cargo, benefician a sus empresas. No es mejor el que defrauda a hacienda mil millones de euros al que acepta que le paguen en dinero negro. No es licito que haya gente que vive en viviendas que pertenecen a todos, que fueron construidas en terrenos que no les pertenecían y nadie haga nada por solucionarlo.
Y podríamos seguir. Los casos que esta ‘paz betxinense’ conlleva son numerosísimos y muy sangrantes. Pero solo hay cierto una cosa, el poner la otra mejilla solo funciona en determinadas ocasiones, y no es el caso. Al permitir estas prácticas por el ‘bien de la convivencia’ lo que se fomenta es el abuso y su supervivencia. No todos somos iguales si no respetamos el marco legal que nos auxilia. No existe progreso, cuando continua la practica caciquil que amenaza con ‘la expulsión del pueblo’ en caso de denunciar. No hay futuro cuando se permite vivir con normas del pasado. Hay que evolucionar y perder el miedo a decir basta. O se pone coto a estas practicas, o la situación puede degenerar hasta limites que los conservadores nunca imaginarán. Pregúntense como veían en cierto país norteamericano a los narcos hace algunos años, y por que no decían nada, y vean lo que paso cuando se les escapo de las manos y quisieron atajarlo.
La ‘paz romana’ solo beneficio a los romanos. La actual política de convivencia o ‘paz betxinense’ solo beneficia al que abusa, al que abusó, y al que pretenda abusar. Y los demás somos más, tenemos más fuerza si decidimos cambiar las cosas.
La solución a la infección no es el antibiótico, es no la prevención.