dimarts, 26 d’abril del 2011

Que no nos engañen.

Que no os engañen. Podrán vestirse con las pieles de mil corderos, pero no dejan de ser lobos. Los nacionalistas solo han generado conflictos y guerras para la humanidad.
Para un nacionalista, su idea de la humanidad de reduce en muchos casos a su circulo mas cercano, a su entorno, y a su ideal de nación. Cualquier idea, razón o creencia que nazca o provenga de un entorno diferente, será una agresión.
Para un nacionalista, será necesario defender primeramente a los que son sus iguales, o sea, según su lógica, los que son de su misma nacionalidad. Todo aquel que siendo de su misma nación pero piense distinto será tachado de traidor o de no buscar el bien de su pueblo. Todo muy lejano del ideal de izquierdas, donde el igual es cualquier persona, sea su origen, religión, creencia o sexualidad diferente.
El nacionalismos hace diferencia por lugar de nacimiento, y no hay nada mas peligroso, pues ¿Quién es de un lugar en concreto? ¿El que ha nacido allí o el que vive? Y no es más cierta esta otra pregunta, ¿quien tiene más derecho? ¿El que nace, el que vive o el que se siente de un lugar? La respuesta nacionalista, dependiendo el grado de asimilación del ideal de separación étnico, será más o menos extrema. Pero la respuesta de la izquierda será solo una, Todos tienen el mismo derecho, pues todos somos iguales.
Muchos grupos nacionalistas se ampararan en el legado cultural común. Un legado que pocas veces será realista con lo realmente heredado, y que solo potenciara aquellas versiones que refuercen sus ideales. Por el contrario, muchas veces, amparándose en la universalidad de lo cultural, pretenderán hacer pasar por bienes culturales comportamientos arcaicos, que violan los derechos humanos o que simplemente son vagos recuerdos provincianos que no merece la pena mantener, pues la mentalidad humana, al igual que su género, debe funcionar como la naturaleza, por la selección natural. Por el contrario se generaran inventivas y nacerán historias, naciones o identidades culturales falsas por parte de estos colectivos, apareciendo ante el resto de la humanidad como una unidad tan indestructible como falsa. Serán estas el germen de las futuras acciones reaccionarias contra aquellos que pongan en duda la legitimidad de sus argumentaciones, y donde su patriotismo trasnochado se enorgullecerá de pertenecer a un grupo exclusivo, los únicos poseedores de la verdad, su verdad.
Pero no serán los creadores de estas mentalidades los especimenes más peligrosos, pues ellos conocerán la falsedad de sus argumentos. No, serán los fieles que convencidos de que ellos son seres ungidos con la verdad, los que se prestaran a sus manipulaciones, inquinas y actuaciones aquellos más peligrosos. Por que no entraran en razones, pues toda su actuación nacerá de la fe en sus líderes, en los creadores del mundo feliz en el que no se pondrá en duda ninguno de sus pilares básicos, por que se sentirán a gusto en ese mundo, protegidos, y realizados.
Será aquí donde el populismo que suele acompañar a estos colectivos hará acto de presencia. Donde afianzados en las debilidades de la psique humana, donde el individuo necesita la pertenencia a un grupo que le asimile, y donde sentirse comprendido, para sentirse realizado, donde el nacionalismo plantara la semilla de su mal. Y esta, una vez germinada, traerá el mal al resto de la población. Por que solo los fieles, creyentes o patriotas serán los elegidos para guiar la nave en su única dirección, la suya. Y no habrá otra dirección posible.
Que no nos engañen. No son izquierda, son fascismo.