dilluns, 2 de maig del 2011

Dios nos salve de América.

Ya esta echo. No ha sido justicia, si no venganza. La justicia, esa amante ciega y sorda a la que todos dicen querer pero que muy pocos aman, ha sido engañada de nuevo. En un juicio justo, hasta el más culpable de los culpables tiene derecho a dar su versión de los hechos, e incluso se tiene que demostrar la culpabilidad, nunca la inocencia.
Pero no interesa, y esto funciona a hechos consumados. A quien no interesa esta claro. Al imperio que creo un monstruo, que le dio alas, armas y conocimientos para luchar contra el enemigo común, y que vio como una vez vencido el comunismo, se le iba de las manos el islamismo radical. Ese imperio que a hierro mata, pero que no consiente que se le reembolse ese mismo hierro. Esa burbuja de ignorantes y analfabetos, de extremistas religiosos que están contentos de conocerse a si mismos, y que siempre ponen la palabra dios en sus versos sobre la libertad.
Por que más allá de la economía, del petróleo o de las multinacionales, por encima de esto, esta el mal que tanto daño ha hecho a la humanidad, la fe y la religión. Por que hablamos de un país, que se presenta como garante de las libertades al mundo, pero donde su pueblo es el menos libre de todos. La peor cadena de todas, la ignorancia es la que atenaza al pueblo de los estados unidos de Norteamérica.
Tan solo la ignorancia colectiva, llevada al más alto de los extremismos puede explicar la catarsis colectiva por la muerte de un hombre. Tan solo el más alto grado de extremismo religioso puede conllevar la incomprensión frente a la miseria, el intervencionismo y la doble moral. Tan solo un país hipócrita puede hablar de libertad y de leyes, mientras se salta todos los tratados internacionales según sus intereses. Solo un gobierno falso puede matar a un hombre, negándole un juicio justo, y ostentar a la vez un Nobel de la paz. Solo un país enfermo puede dormir a gusto mientras festeja la muerte de un hombre.
Tan solo el más maligno de los humanos se alegra de una muerte. Tan solo sus cómplices le felicitan por ello. Solo sus esclavos no alzan la voz ante la más fragante de las injusticias.
No podemos hablar de justicia donde hay venganza. El bien se diferencia del mal por que esta por encima de el. Si nos ponemos a su altura. Si matamos indiscriminadamente a nuestros enemigos. Si basamos nuestras decisiones tan solo en nuestros intereses, no somos mejores que ellos. Si matamos a hierro, solo podemos esperar morir a hierro. Solo un miserable se alegra del mal ajeno. Miserable EEUU, miserable Obama, y miserables todos los vasallos del imperio. Good bless America. Dios nos salve de America.