divendres, 28 de gener del 2011

Son todos iguales.

Se acusa a todo el Islam de extremismo, y no es bien cierto este echo. Hay facciones del Islam que presuponen el poder de la fe sobre la razón, que son muy extremistas, y contrarias a todo bien humano fuera de sus dogmas. Su misma concepción centralista de lo que es la verdad y lo que es dañino, solo alimentada por sus mismas creencias, les otorga el monopolio de lo justo y lo injusto, y alimenta su fanatismo. No solo en el Islam encontramos estas actitudes.
Tiende la sociedad occidental, sobretodo las grandes masas, a culpar a todo un colectivo por unos pocos. Bien es cierto que normalmente esos pocos demuestran una unión que hace difícil establecer diferencias. Entre otras cosas, ocupa más plano en la televisión. Esa misma unión, cimentada en el extremismo religioso por poner un ejemplo, y no en la razón ni la ciencia ni mucho menos en la ética, unida a su facilidad para gritar mas que sus oponentes, y a sus acciones, mucho mas espectaculares y llamativas que las normales, les llevan a parecer un todo, cuando son una parte. Su misma prepotencia, de la que adolecen estos grupos, le hace pensar que, al tener la razón por que si, o por designio divino que viene a ser lo mismo, todo el mundo les da la razón dentro de su sociedad. Y los que no se la dan, son sus enemigos, pero no los propios, si no los de todos, hasta ahí identifican sociedad y grupo. Su ignorancia les convierte en portavoces por ellos mismos, en nombre de una gente que no les quiere, que no comparte sus ideas y que tampoco los designa, pero que les teme por su ferocidad, y a la cual acallan con sus gritos.
No tenemos que ir muy lejos para encontrar estas actitudes totalitarias y extremistas. Ni en las lejanas tierras de Afganistán, ni en la costa africana. No vayamos tan lejos. La misma iglesia católica y su cúpula sobretodo, con sus actuaciones, es idéntica a estos grupos de fanáticos, de los que dicen que si no estas con mi creencia, estas contra mi creencia. Como buen grupo extremista, fundamenta sus actuaciones en la fe. Critican todo aquello que pone en duda sus ideas reveladas, pues son el fundamento de su existencia. Se apoderan de la opinión de toda la sociedad que les acoge, como si su sola pertenencia a un pueblo, a un país o a un continente, les diera la fuerza y la justificación para apoderarse del colectivo. Toda aquella opinión que va contra sus preceptos, se extrapola a toda la sociedad, llevando una rivalidad propia a toda la sociedad. Se convierten en acusadores de lo que esta mal, y a la vez en jueces que dictan la sentencia sobre el pleito. Y callan con su fanática unión y una sola voz las diferentes voces discordantes, propias y ajenas.
Una persona puede ser católica, protestante, ortodoxa, judía, musulmana, budista…puede mantener cualquier credo, siempre que respete a los demás. Puede exigir a sus seguidores, y solo a sus seguidores, que continúen sus dogmas y los cumplan. Eso siempre que no sobrepasa el marco legal del que se dota el colectivo en el que habitan, ni los derechos humanos. Puede defender sus creencias, pero no puede imponerlas. Por que si intentan imponer sus dogmas a los demás, si se apoderan de la verdad, si se erigen como portavoces de una colectividad por derecho propio, si se convierten por voluntad propia en jueces y en censores, si en definitiva se erigen como únicos poseedores de una verdad inamovible, exclusivista y justa, demuestran que no hay grandes diferencias, se llamen los escogidos Bin Laden, el Mulá Omar, el Dalai Lama o Benedicto XVI.

¿Quien elije a los escogidos? ¿Dios? ¿Y si Dios no existe?

dilluns, 10 de gener del 2011

La fi dels dies.

L’últim cotxe es va parar l’any 2015. No hi havia benzina per a més. La gent va haver de tornar a emprar vehicles oblidats, com el carro, o animals de carrega, com el cavall, igual que a l’antiguitat. A més a més, les mercaderies no arriben als mercats sense fer-se roines, ja que tardaven molts dies a fer el camí que amb vehicles a motor només costava unes hores.
Feia uns anys la falta de petroli havia provocat la guerra entre els països productors i els consumidors, tots de l’anomena’t primer món. Coma conseqüència la detonació dels projectils nuclears va dur que molts camps es tornaren improductius.
Desprès d’aquesta situació, moltes persones arreu del planeta patiren fam enfermetats i un dur hivern nuclear. Tota aquella situació no afavorí el creixement de les manades d’animals de carrega, i provoca que a hui en dia es diga que qui té un cavall, te un tresor.
Hui en dia vivim a coves, i la neu i el gel governen on abans hi havia camps de tarongers. Les cases del segle XX no estaven preparades per al hivern al País Valencià. Tant sols uns pocs hem sobreviscut al cataclisme. Cada vegada n’hi ha menys menjar. Alguns ja es mengen els morts, però no en tenim molts.