“Nacer es solamente comenzar a morir.” T. Gauthier.
Nunca jamás en nuestro devenir por ese tortuoso camino que recorremos entre
nacer y morir, el reloj de nuestro tiempo estará tan rebosante como el momento
en que alumbramos al mundo. Y hasta en ese momento, nacemos llorando, símbolo de
lo que nos espera en eso que llamamos vida.
Pero, ¿que es la vida? Lejos de los versos de Calderón de la Barca, cabria
diferenciar entre vida y existencia. La vida es aquello que caracteriza a muchos
seres naturales: una liebre, un mosquito, una rosa…todos los llamados seres
vivos, contienen eso que llamamos vida. Cosa diferente es existir, eso de
momento, solo lo hacen algunos humanos, aunque lo llamen vida. La existencia no
se entiende sin el ser, y el ser solo puede ser entendido como ser en algo, o
ser para alguien. Así pues, solo podemos llamar existencia si somos para
alguien, para bien o para mal.
Otros paradigmas filosóficos dirán lo contrario, o estarán a favor. La mayoría
de los seres humanos partirán de un concepto egoísta de la existencia, obviando
que sin su prójimo, no serian nada, ni seres humanos: serian una roca, un árbol,
una rosa, un animal…pero no serian personas. Ortega y Gasset, por poner un ejemplo defendió que “la vida es lo que hacemos y lo que nos pasa"
junto a que "la vida cobra sentido
cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada."
Llamemos pues existir al transcurso entre el nacer y el morir. Dentro de
esta existencia, seguiremos sufriendo dolor, por que el mundo no es un lugar
agradable, todos acabaremos muriendo y a nadie le gusta morir. Lorca dijo que “como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.” Pero si
le importó. Ni siquiera al suicida, que muere por cobarde, deja de importarle. Pero
hay pequeños fragmentos de tiempo en ese existir, muy pequeños, que pueden
justificar por si solos todo el sufrimiento. Igual para llegar a ellos sea
necesario sufrir y después de ellos, se siga sufriendo, pero… ¿no es la
existencia sufrir?
Pero hemos dicho que solo podemos existir en compañía, ¿no reside pues
nuestra felicidad realmente en esta compañía? Lejano el egoísmo personal,
abandonada la autocomplacencia y el hedonismo… ¿que puede hacernos más feliz
que ver sonreír por nuestros actos a quien adoramos? Siguiendo con Ortega y Gasset "el amor, a quien pintan ciego, es vidente y
perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama."
Quizás uno de los males de nuestra moderna sociedad, sea haber perdido la
capacidad de sufrimiento, por que lo bueno, lo que vale la pena, lo que nos servirá
para existir, solo puede existir con el siguiente fin:
"Cuando mi voz calle con la
muerte, mi corazón te seguirá hablando." R. Tagore.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada